La
orfandad me dispersa como hojas de otoño
mientras rebusco mi poesía en las brasas, me aso como el pan
La edad son flores que la nostalgia desmorona en el jardín de un corazón
apasionado
Hemos envejecido después de tu muerte, padre
Como han envejecido nuestros días, nuestros sueños y nuestra vida reluciente
Con tu ausencia la casa se ha hendido y hundido
sus puertas… sus paredes han menguado por carecer del cariño de tus manos
se ha convertido en ruinas que gimen entre los dientes de los años
Nos has dejado… sin nadie que nos apoye en los momentos de fragilidad
sin ningún corazón que nos proteja de nuestros miedos
mientras el viento está a punto de volar nuestro techo.
De:
“Fragmentos de mí misma”
Version de Souad Hadj-Ali Mouhoub.
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