miércoles, 12 de noviembre de 2025

RAFAEL SARAVIA

 

 

 

Esta revolución mía nació con la insignia de la derrota y por eso siempre triunfa desde abajo. No pide nada más que poder decir con suavidad. No necesita mucho más que silencio para conquistar el discurso. Cuando grita lo hace con un blues o una gaita ancestral, siempre traspasando el indecoroso precepto del entendimiento. A veces se me escapa. Siempre con cierta vocación mesiánica. Intuye que si yo la sigo su realidad ya se justifica. Y casi siempre me convence.

 

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