Gastón
Baquero se convierte en pez
El
pez de tinta morada,
el pez que trasegó por las aguas del Caroní,
el pez que vio los colores del leopardo
y aspiró el perfume de las flores de abedul,
el pez que siguió un río balsámico
por las selvas del Indostán
y despertó convertido en un niño,
el pez que es una isla milenaria
o un jardín asirio retoñando en Madrid,
el pez que rememora con la escritura del poeta
las otras vidas en donde era feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario