martes, 6 de marzo de 2012

ELSA CROSS




Asalto


hace gira, para todos, las heridas en su tronco.
Aimé Césare


De noche el paso del lince
ruido de hojas
en los aserraderos.
De noche
grito de monos,
fulgor cambiante:
mimetismos.

Bebes en la espesura
La fiebre deja en tus labios
cáscaras amargas.

Un punto fijo.
Por la mira en cruz
lentos transcurren campos,
sus bestias y sus hombres.
Arrozales.

Tam-tam de guerra al oído.
La fiebre tensa sus tambores.

El fuego crece por las empalizadas,
salta a los techos,
alcanza las ramas del encino.

En los aserraderos
triplica la noche su fortuna.
Negro -en Baco-
dormido.
Savias ardientes te embriagan.

Ante los ojos, ejercitos.
Llamas
a los cuatro vientos.
Fuego sobre el umbral,
fuego en los techos;
vidrio que estalla.

Brillo maligno
doblegado acero,
fundiendo al rojo
sangre
la mirada.
Fragor, esquirlas saltan.
-Piedra ardiente tu pecho-

Un gran árbol en llamas,
un gran tronco se desliza
cuesta abajo

Corteza oscura
tu piel.
Fuertes brazos las ramas
donde el alba no sorprende
ruido de pájaros.



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