Los
enamorados
Los
rostros de los enamorados, en el césped,
se vuelven indiferentes, hacia el trueno,
hasta que brillen en la lluvia
que hace temblar las flores.
se vuelven indiferentes, hacia el trueno,
hasta que brillen en la lluvia
que hace temblar las flores.
Entre
durazneros y almendros,
que al giro de las estaciones
se cubren de abejas,
los enamorados
son un infinito instante,
el sueño del tiempo
estremecido en su propia tempestad.
que al giro de las estaciones
se cubren de abejas,
los enamorados
son un infinito instante,
el sueño del tiempo
estremecido en su propia tempestad.
El
relámpago va huyendo
entre rosas y gallos.
entre rosas y gallos.
El
tiempo se hunde con ramas y nubes
en las charcas que de la lluvia
cerca de los enamorados
que eternamente olvidan
su propia historia,
abandonados al relámpago
y a un sabor de mieles silvestres.
en las charcas que de la lluvia
cerca de los enamorados
que eternamente olvidan
su propia historia,
abandonados al relámpago
y a un sabor de mieles silvestres.
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