viernes, 2 de noviembre de 2012

EMILIO BALLAGAS



  

Soy la sombra



Ya a solo soy la sombra de tu ausencia,
una oscura mitad que se acostumbra;
dulce granada abierta en la penumbra,
madura a tu rigor. Sorda existencia.

Desmayado vivir, ciega obediencia
que la memoria de tu voz alumbra.
Pupila fiel; ojo que no vislumbra
su cielo. ¡Ángel caído a tu sentencia!

Desterrado de asombros y colores
beso mi cicatriz y la humedezco
en salobres cristales lloradores.

Me aclimato al olvido que padezco.
Ya los agudos garfios heridores
la inútil apagada carne ofrezco.


No hay comentarios:

Publicar un comentario