Elegia
a la mujer inventada
(Sin
formas la conocéis:
es la yedra obstinada,
la reja y el amor,
apenas lágrimas de otro tiempo).
es la yedra obstinada,
la reja y el amor,
apenas lágrimas de otro tiempo).
Una
mujer o su sombra de yedra
llena de soledad de lámparas vacías.
llena de soledad de lámparas vacías.
En
la memoria del corazón
está marchita una flor,
un nombre de mujer.
está marchita una flor,
un nombre de mujer.
Los
ojos de la ausencia
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.
están llenos de lluvia, de paisajes helados y sin árboles.
¿Quién
conoce el nombre de esa mujer
que olvida su cabellera en los ríos del alba?
que olvida su cabellera en los ríos del alba?
¡Qué
difícil es distinguir entre la noche
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!
y una mujer ahogada hace tiempo en un estanque!
El
desmayo de una flor no se compara
al silencio de sus párpados cerrados.
al silencio de sus párpados cerrados.
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