domingo, 10 de marzo de 2013

EDUARDO MILÁN






Vengo a besarte por el detalle...




Vengo a besarte por el detalle
del roquefort en el sandwich.
No se te había ocurrido mezclarlo
con el jamón y el pan integral.
No importa que hayas interrumpido
aquella escritura incierta. En realidad
no iba a ninguna parte. Y sobre todo
(la noche caía con su linaje quebrado
sobre nosotros y sobre nuestros hijos)
era un pálido remedo de unas fresas
memorables. En cambio, este roquefort
derretido aún está vivo.

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