X.–
El
alma trémula y sola
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española
Han
hecho bien en quitar
El banderín de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.
El banderín de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.
Ya
llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.
Lleva
un sombrero torero
Y una capa carmesí:
¡Lo mismo que un alelí
Que se pusiese un sombrero!
Y una capa carmesí:
¡Lo mismo que un alelí
Que se pusiese un sombrero!
Se
ve, de paso, la ceja,
Ceja de mora traidora:
Y la mirada, de mora:
Y como nieve la oreja.
Ceja de mora traidora:
Y la mirada, de mora:
Y como nieve la oreja.
Preludian,
bajan la luz
Y sale en bata y mantón,
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.
Y sale en bata y mantón,
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.
Alza,
retando, la frente;
Crúzase al hombro la manta:
En arco el brazo levanta:
Mueve despacio el pie ardiente.
Crúzase al hombro la manta:
En arco el brazo levanta:
Mueve despacio el pie ardiente.
Repica
con los tacones
El tablado zalamera,
Como si la tabla fuera
Tablado de corazones.
El tablado zalamera,
Como si la tabla fuera
Tablado de corazones.
Y
va el convite creciendo
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.
Súbito,
de un salto arranca:
Húrtase, se quiebra, gira:
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.
Húrtase, se quiebra, gira:
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.
El
cuerpo cede y ondea;
La boca abierta provoca;
Es una rosa la boca:
Lentamente taconea.
La boca abierta provoca;
Es una rosa la boca:
Lentamente taconea.
Recoge,
de un débil giro,
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va, como en un suspiro...
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va, como en un suspiro...
Baila
muy bien la española;
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca, a su rincón
El alma trémula y sola!
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca, a su rincón
El alma trémula y sola!
De “Versos Sencillos”
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