Sueño
Se
crece tu imagen
en
mi recuerdo
y
tu voz viaja
en
las constelaciones del tiempo,
me
llegas, me saturas,
me
posees intensamente,
como
la parásita al tallo,
y
el limo erótico a la raíz.
Soy
prisionero de tu cuerpo,
de
la densidad de tu deseo,
y
del fuego calcinante de tu carne
palpitante
de hembra en celo.
¡Oh!...
éxtasis de sueños...
vértigo
de amor y entrega
en
blando lecho de tu ruego...
somos,
entonces, dos fuegos
fundidos
en soles nuevos.
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