Ariadna
Los
párpados emboscan
el
color de los recuerdos
en
la luz desmedida que esconde
los
rostros y los objetos.
El
sopor atosiga la piel.
La
retina se expande
como
una interminable burbuja.
Y
unas piernas de mujer
se
aferran a mi cintura;
tienden
para mí un hilo
en
el laberinto.
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