Entra
la aurora en el jardín
Entra
la aurora en el jardín; despierta
los cálices rosados; pasa el viento
y aviva en el hogar la llama muerta,
cae una estrella y raya el firmamento;
los cálices rosados; pasa el viento
y aviva en el hogar la llama muerta,
cae una estrella y raya el firmamento;
canta
el grillo en el quicio de una puerta
y el que pasa detiénese un momento,
suena un clamor en la mansión desierta
y le responde el eco soñoliento;
y el que pasa detiénese un momento,
suena un clamor en la mansión desierta
y le responde el eco soñoliento;
y
si en el césped ha dormido un hombre
la huella de su cuerpo se adivina,
hasta un mármol que tenga escrito un nombre
la huella de su cuerpo se adivina,
hasta un mármol que tenga escrito un nombre
llama
al recuerdo que sobre él se inclina.
Sólo mi amor estéril y escondido
vive sin hacer señas ni hacer ruido.
Sólo mi amor estéril y escondido
vive sin hacer señas ni hacer ruido.
De “La urna”
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