Que
es dolor
El
dolor que de veras siente
Tengo
cara de gustarme
las
cosas que no me gustan.
Los
labios de todo el mundo
hablan
sin despegarse.
Esto
también es así.
Las
paredes de una gruta en la que alguien, hace diez mil años,
mancilla
lo natural de la piedra.
Monedas,
corriente alterna,
una
muchacha nacida con los genes de la belleza,
toda
picada de complejos.
Como
un orgasmo de Hedy Lamarr, los ojos de Nikola Tesla.
Un
país donde no ser,
donde
sólo
parecerlo.
Guantes
desenfundados, sal, la más prestigiosa
de
todas las escuelas de doblaje.
El
capital es la pesadilla
de
quedarnos atascados en nuestra capacidad simbólica.
El
más favorecedor de todos:
maquillaje
tanatoestético.
Años
de trabajo vueltos un pedazo de granito ecuestre.
Una
industria de la miseria, las huertas del wolframio.
Como
un cuerpo ardiente que sabe, y
disimula.
Pestañas
postizas de marca barata, una imagen
idéntica
a sí misma.
Como
poesía política que se confunde
con
una autofoto frente al espejo del baño.
La
metonimia del mal,
normativo
dislocado.
Escenificación,
menú, la escalera de incendios del discurso.
Algo
al que le crecen raíces aéreas
y
anhela volver a la tierra en cuanto hace un tiempo que salió a la luz;
como
los ojos de las patatas.
La
mirada del poema es también así,
filas
de hormigas obreras
aplastadas
para permanecer,
restos
de gestos
que
parecen
otra
cosa.
(Traducciones al
castellano de la autora)
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