domingo, 29 de marzo de 2015

JULIÁN DEL CASAL


 

4. Las horas

 

¡Qué tristes son las horas! Cual rebaño
de ovejas que caminan por el cielo
entre el fragor horrísono del trueno,
y bajo un cielo de color de estaño.

Cruzan sombrías en tropel huraño,
de la insondable Eternidad al seno,
sin que me traigan ningún bien terreno,
ni siquiera el temor de un mal extraño.

Yo las siento pasar sin dejar huellas,
cual pasan por el cielo las estrellas,
y aunque siempre la última acobarda,

de no verla llegar ya desconfío,
y más me tarda cuanto más la ansío
y más la ansío cuanto más me tarda.

 

De "Nieve"

 

 

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