Gracias, Señor
Gracias,
Señor, porque me diste un año
En que abrí a tu luz mis ojos ciegos;
Gracias porque la fragua de tus fuegos
Templó en acero el corazón de estaño.
En que abrí a tu luz mis ojos ciegos;
Gracias porque la fragua de tus fuegos
Templó en acero el corazón de estaño.
Gracias
por la ventura y por el daño,
Por la espina y la flor; porque tus ruegos
Redujeron mis pasos andariegos
A la dulce quietud de tu rebaño.
Por la espina y la flor; porque tus ruegos
Redujeron mis pasos andariegos
A la dulce quietud de tu rebaño.
Porque
en mí floreció tu primavera;
Porque tu otoño maduró mi espiga,
Que el invierno guarece y atempera.
Porque tu otoño maduró mi espiga,
Que el invierno guarece y atempera.
Y
porque, entre tus dones, me bendiga
-Compendio de tu amor- la duradera
Felicidad de una sonrisa amiga.
-Compendio de tu amor- la duradera
Felicidad de una sonrisa amiga.
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