Mi
infancia
Yo
también al desaparecer mi infancia estuve presente. Con un grueso hato de
oraciones y un látigo sibiloso se cortó esa calle por donde arrastraba las
piedras o buscaba escarabajos. No dijo de azules begonias ni de las otras
matas en el patio, se fue como trepando por esa escalera que llevaba al
abovedado. Se arrepintió de una mirada furtiva a los senos de la niña vecina y
aplastó el cigarrillo contra uno de los postes del alumbrado. Mi infancia ya no
estaba allí cuando vino el radiopatrulla a buscarla.
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