VI
Hay
un verde laurel. En sus ramas
un
enjambre de pájaros duerme
en
mudo reposo,
sin
que el beso del sol los despierte.
Hay
un verde laurel. En sus ramas
que
el terral melancólico mueve,
se
advierte una lira,
sin
que nadie esa lira descuelgue.
!Quien
pudiera, al influjo sagrado
de un
soplo celeste,
despertar
en el árbol florido
las
rimas que duermen!
!Y
flotando en la luz el espíritu,
mientras
arde en la sangre la fiebre,
como
"un himno gigante y extraño”
arrancar
a la lira de Becquer!
De: Rimas (1887)
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