jueves, 14 de abril de 2016

RUBÉN DARÍO




VI



Hay un verde laurel. En sus ramas
un enjambre de pájaros duerme
en mudo reposo,
sin que el beso del sol los despierte.
Hay un verde laurel. En sus ramas
que el terral melancólico mueve,
se advierte una lira,
sin que nadie esa lira descuelgue.
!Quien pudiera, al influjo sagrado
de un soplo celeste,
despertar en el árbol florido
las rimas que duermen!
!Y flotando en la luz el espíritu,
mientras arde en la sangre la fiebre,
como "un himno gigante y extraño”
arrancar a la lira de Becquer!


De: Rimas (1887)




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