martes, 12 de julio de 2016

HEBERTO PADILLA




Los viejos poetas, los viejos maestros realmente...



Los viejos poetas, los viejos maestros realmente
          duchos en el terror de nuestra época, se han puesto
          todos a morir.
Yo sobrevivo, lo que pudiera calificarse de milagro,
          entre los jóvenes.
Examino los documentos:
         los mapas, la escalada, las rampas de lanzamiento,
         las sombrillas nucleares, la Ley del valor,
         la sucia guerra de Viet Nam.
Yo asisto a los congresos del tercer mundo y firmo
         manifiestos y mi mesa está llena de cartas y
         telegramas y periódicos;
         pero mi secreta y casi desesperante obsesión
         es encontrar a un hombre,
         a un niño,
         a una mujer
         capaces de afrontar este siglo
con la cabeza a salvo, con un juego sin riesgos
o un parto, por lo menos, sin dolor.


De: "El justo tiempo humano" 1962


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