Ausente
A la
intemperie de los paisajes heridos,
en la
niñez que aun mece el columpio,
vive
la mirada de una anciana
soportando
el juego del despojo
sonríe
con la boca seca
escucha
el pasar de los niños con la pelota,
acostumbra
alcanzar las propias sílabas
adelgazarlas
hasta
el mutismo
en su
pañolón las motas encuentran
un
collage de lluvias.
La
posición de su asiento
está
esculpida en el aire
y
juntando las manos en un salmo
sabe
esperar.
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