Señales
V
Yo había dado mi corazón
a que lo devoraran las hormigas
cuando una mano
—tu mano jovencísima—
vino a poner sobre mi corazón
su
tacto
humedecido
Yo había dado mi corazón
a que lo devoraran las hormigas
cuando una mano
—tu mano jovencísima—
vino a poner sobre mi corazón
su
tacto
humedecido
De: “Inscripciones
y señales”
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