Entonces
Antes,
mucho antes
en el
tiempo del que te estoy hablando
cuando
era chica
cuando
mi madre era chica
mi
abuela
cuando
la guerra
cuando
la Depresión la Ley Seca
cuando
el rito mozárabe bate en ordalía doble
la
cátara herejía
cuando
llegaron a América
cuando
Erik
cuando
la Tetralogía
cuando
se estrena Traviata en el Colón, a sólo cinco años
del
estreno en París
aproximadamente
cuando
abrió
Cartier y el país salía
recién
de la mazorca
(¿ves…
que
nada es garantía?)
Cuando
todo así de aproximado, erróneo
equivocado,
evocado
como
las citas de Curtius durante la guerra o Borges
en su
memoriosa ceguera o Paz
y
tantos otros en lo ciego
de su apurada ambición
o
cuando
los
egipcios o cuando
construyeron
las pirámides
los
aztecas
solían
cuando
la
Capilla Sixtina o el metro
de
Moscú
solían
cuando
el
califa Omar o los soldados de César
destruyeron
la
biblioteca de Alejandría
o Nerón
Roma
o Dios
la
Torre de Babel
o la
hierba
el
caballo de Atila
(¿dónde quedó, María,
tan
ardua, la flecha suspendida
como el
aliento en la boca
del
padre de Tristán? Siempre duele la espera,
¿no?
Hasta esperar el final de una frase, un argumento, duele,
¿no?)
cuando
cada
cual lo suyo
destruyó
y hubo
destruido
o
armado o hecho o fraguado o erigido
o
cuando el detective va y encuentra el cuerpo y
o
cuando el marido va y la ve y ve que el chico
o
cuando la amiga se da cuenta y
Entonces
cuando
cae
cuando
la noche
cuando
viene
todo lo
que viene
después
todo lo
que por lo general sucede en presente
histórico
o no necesariamente
después
de algo
sólo
aparentemente conclusivo
que sin
embargo se abre
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