IV
Es una
pena
Que no
podamos amarnos siempre.
Tú no
sabes por qué
yo por
qué no puedo.
Es una
pena no ver a nuestros hijos juntos.
Es
triste no engendrar entre los dos
otros
hijos que llenarían mañana
aquellos
huecos
que el
silencio dejo vacios en el tiempo.
Es una
pena
que no
podamos amarnos siempre.
Pero
hay cosas en ti
Que
agradeceré ya sin remedio:
tu
ademán
como
siempre fuese el primero de la mañana
y tu
cuerpo y tu corazón tan sanos,
la
ternura de tus brazos seguros
tu amor
por la vida
tus
semillas que son hijos
en fin.
todo
eso
Crecerás
aun.
todo lo
tuyos irá creciendo
y en
alguna parte
algo de
ti seguirá germinando
hasta
el final del tiempo
Yo
estaré
abonando la tierra
Donde
harán cantando una ronda
tus
nietos.
Los
hombres como tú
son
arboles besando siempre el viento.
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