Ya sobre los hastíos de tus meditaciones...
Ya
sobre los hastíos de tus meditaciones,
como en
fugas radiantes escucharás canciones
de
músicas heráldicas, de las músicas locas
que
enardecen las ansias y enrojecen las bocas
en
besos fecundantes, cual rocíos de mieles
que
hasta en el yermo hicieron florecer los laureles.
Yo, a
tu rostro moreno consagraré violetas,
las
nerviosas amadas tristes de los poetas,
y allá
en las tibias tardes, serenas de optimismos,
cuando
al disipar todos tus más graves mutismos
mis
estrofas de hierro torturen tu garganta,
has de
pensar, acaso, si es un hierro que canta!
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