martes, 11 de septiembre de 2018

MARIO BOJÓRQUEZ






ahora estarás tirada bocabajo en la cama
leyendo una novela española
mientras tus pantorrillas se elevan sobre el dibujo de las sábanas
hay algo en tu cintura que se enciende con el roce del elástico
y piensas
todos pensamos en un momento del día
en aquel fuego que nos quemó y ansiamos
volver ahí al borde de ese incendio
pierdes la línea y lees sin leer
y luego te cuesta trabajo regresar a la escena
que el novelista español fraguó en horas de delirio
te obligas a volver y lees con cuidado lo que ya no
entiendes y te volteas bocarriba y ves las fotos
de tu librero y te quedas colgada de aquellos tus sueños
tan queridos

qué cerca has estado de ellos y qué lejos
qué opresiva atmósfera se ha vuelto el ancho mundo
qué ganas de patear una religión un país un idioma
y todo vuelva a respirarse a ritmo de pulmón
pero nada de eso te preocupa ahora
te preocupa el futuro el detonador del mañana
la almendra más allá de la cáscara la pepita brillante
y llena de aceite te dices qué calor
y sabes que el aire frío golpea las ventanas

qué ganas a veces de extender la mano
y que el placer rodee tu cintura
puedo ser yo u otro nadie el que en su abrazo
envuelva tu cuerpo aligerado ya de la carga  del mundo
y que te lleve lejos más allá de las costas
mar adentro
donde sólo exista el sonido de la sangre
que corre en su rumor de bestia florecida

vuelves al cuarto de donde no has salido
para decirte que es mejor así que nada importa
que nunca habrá ni un cómo un dónde para
la perfecta la redonda la exacta
felicidad


De: “Y2K”


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