ahora estarás tirada
bocabajo en la cama
leyendo
una novela española
mientras
tus pantorrillas se elevan sobre el dibujo de las sábanas
hay
algo en tu cintura que se enciende con el roce del elástico
y
piensas
todos
pensamos en un momento del día
en
aquel fuego que nos quemó y ansiamos
volver
ahí al borde de ese incendio
pierdes
la línea y lees sin leer
y luego
te cuesta trabajo regresar a la escena
que el
novelista español fraguó en horas de delirio
te
obligas a volver y lees con cuidado lo que ya no
entiendes
y te volteas bocarriba y ves las fotos
de tu
librero y te quedas colgada de aquellos tus sueños
tan
queridos
qué
cerca has estado de ellos y qué lejos
qué
opresiva atmósfera se ha vuelto el ancho mundo
qué
ganas de patear una religión un país un idioma
y todo
vuelva a respirarse a ritmo de pulmón
pero
nada de eso te preocupa ahora
te
preocupa el futuro el detonador del mañana
la
almendra más allá de la cáscara la pepita brillante
y llena
de aceite te dices qué calor
y sabes
que el aire frío golpea las ventanas
qué
ganas a veces de extender la mano
y que
el placer rodee tu cintura
puedo
ser yo u otro nadie el que en su abrazo
envuelva
tu cuerpo aligerado ya de la carga del mundo
y que
te lleve lejos más allá de las costas
mar
adentro
donde
sólo exista el sonido de la sangre
que
corre en su rumor de bestia florecida
vuelves
al cuarto de donde no has salido
para
decirte que es mejor así que nada importa
que
nunca habrá ni un cómo un dónde para
la
perfecta la redonda la exacta
felicidad
De: “Y2K”
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