domingo, 16 de diciembre de 2018

MARGARITA LASO





en el polo los cazadores de pieles acechan a las focas
recién paridas son despojadas de sus crías
apaleadas las capturan antes de cumplir diez días de vida
antes de perder el primer pelo

las de capa blanca nacen sobre témpanos flotantes
desde lejos
sólo pueden distinguirse los discos de carbón de sus ojos negros
de su nariz mojada

con la pelusa del hielo de ellas mullida
en los cuentos infantiles se hacen escarpines para nubes
pero este vestido y su tierna pulpa nada duran

lobas tubulares
las madres marinas que amamantan
aúllan ante los garrotes pero no huyen

así es mi agonía


pielero del ártico
hábil en el manejo de las varas
tú permites que sangre
y arrastre el pecho impulsada por mis aletas cortas
por mi largos bramidos

al filo de la mole de hielo
apenas quieres la piel del lomo que apaleas

en el polo

el sol cae como una puerta de hierro
aldaba el mar aldaba el día

en el cielo

no hay pájaro que sospeche la crueldad del corazón humano


De: “El trazo de las cobras”


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