(El río de la noche)
El
río de la noche es otro
atravesado
y solo en la ciudad que duerme.
Le
gusta que le lleve naranjas y poemas
que
no le tema y le tema
arrullándome
con alemanes hermosos
que
miraban el cielo para construir su casa
y
hombres tristes que se perdieron tierra adentro.
“La
vida les debe lo innombrable”
y
me abre los brazos oscuros.
“Podrías
dormirte dulcemente”.
Me
habla como a una amapola
que
tiembla en el viento.
Pero
amanece y no es el mismo.
El
río de la noche no me reconoce
entre
todas las muchachas
que
cruzan el puente.
De: “En lugar de morir”
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