XXVIII
No
hay vértigo en el mismo abismo
ni arrullo que agriete la espera huérfana
para danzar en una cola concubina
y ser madre del cuello
fornicadora del pelaje
carne divorciada por las noches
en que desciendo de esta tierra
para enredarme en las astas de mi amante
ni arrullo que agriete la espera huérfana
para danzar en una cola concubina
y ser madre del cuello
fornicadora del pelaje
carne divorciada por las noches
en que desciendo de esta tierra
para enredarme en las astas de mi amante
De: “Poemas para arrullar a
los ojos hormigueros”
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