Discurso de iniciado
Mis
pupilas atrapan con dificultad la profanía del tiempo
la
fugacidad de un destello que revela la exactitud de la vida
la
palabrería inmediata del vocablo inacabado
Una
sombra más ocupa la extensión desconocida de este viejo laberinto
Hay
cercanía cerebral con los objetos
una
impresión tactable tangible con
desnudez de dedos prontos
un
sentimiento de universalidad dactilar lleno de ditirambos y goces
una
genética caducidad en una ciudad perversa
al
borde de un barranco que deslinda con la más pronta muerte
Pierdo
la voz ante la náusea repentina
accedo
como cofrade al ara que me será prohibida en los años
La
hermosura nupcial ya fue consumada hasta la sangre misma, en ella
que
más se pudo colegir en tanto exceso
en
su insistencia de procrear a la luz remitente de unos pocos candelabros
en
lumbre mezquina contra lumbre encendida de belleza
Las
palabras me espasman indecisas el aliento
me
perlan la intimidad de humores en la certitud del cuerpo
Mis
pupilas se revelan ante la escasa lumbrería
la
fúgida apariencia de un resplandor equívoco
amengua
aún más la sensación de vida
Los
recuerdos se aglutinan
amontonan la torpeza vivida
como
una vieja lumia callejera que no tiene lugar donde yacer
La
historia se repite con escasez de lágrimas
La
quietud de los parientes es ritual
agónico
hace
que se sienta como sopla el viento afuera en la escollera
Los
maeses no vendrán por el camino de arcilla, contendrán sus
rogativas
sectarias en las inmediaciones del templo
súplica
tras súplica hasta sellar de secreto los decires
El
mandil tendrá colores y emblemas de albañiles
el
Oriente se abrirá diáfano entre las altas cumbres
Las
duelas de las cubas dejarán goterar el vino dulce
tal
vez un último ágape seguirá insomne la fiesta
un
postrero escanciar de copas fraternales
ni
escápula quebrada al iniciado abrazo
ni
adustez de sueño largo ni rigidez de condenado
Se
ha cumplido el plazo de esta austera residencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario