Hablo
de ti
y me es difícil hacerlo.
Así es que hablo de que hablo de ti
cuando hablo del otoño, de telarañas tan delicadas
como perdidas en los surcos por novias olvidadizas
de las pesadas gotas del rocío bajo el tardío sol vespertino
y más tarde de las largas sombras sobre la explanada
de la tormenta que sacude las copas de los tilos
ya antes de que yo empiece a hablar de las estrellas
y del resplandor de las estrellas en los cristales rajados de la casa
que tintinean cuando ataca la helada de la noche
y todos los sonidos devienen penetrantes, cuando hablo
de todo esto, de todo esto que habla de ti
y de lo que es tan difícil hablar.
Así hablo de ti.
y me es difícil hacerlo.
Así es que hablo de que hablo de ti
cuando hablo del otoño, de telarañas tan delicadas
como perdidas en los surcos por novias olvidadizas
de las pesadas gotas del rocío bajo el tardío sol vespertino
y más tarde de las largas sombras sobre la explanada
de la tormenta que sacude las copas de los tilos
ya antes de que yo empiece a hablar de las estrellas
y del resplandor de las estrellas en los cristales rajados de la casa
que tintinean cuando ataca la helada de la noche
y todos los sonidos devienen penetrantes, cuando hablo
de todo esto, de todo esto que habla de ti
y de lo que es tan difícil hablar.
Así hablo de ti.
De: "Nuestro amor es
como Bizancio"
Versión de Francisco Uriz
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