Desde la orilla
Un ave gris y solitaria
baja en picado, vuela lejana,
sola en las sombras y grandezas y tumultos
de noche y mar
y estrellas y tempestades.
Allá sobre las tinieblas oscila y planea,
allá en la penumbra se interna y aletea,
allá en el viento y en la lluvia y en lo inmenso,
allá en el pozo de un gran mundo negro,
donde batallan las nieblas por el cielo, empujadas por el mar,
el amor de la bruma y el embeleso del vuelo,
la gloria del azar y los avatares de la muerte
sobre sus alas ansiosas, palpitantes.
Allá en lo profundo del gran mundo oscuro,
más allá de las fronteras dilatadas donde espuma y pecios
de las olas numerosas se pierden para siempre
con las mareas que se precipitan y retroceden y se hunden.
Un ave gris y solitaria
baja en picado, vuela lejana,
sola en las sombras y grandezas y tumultos
de noche y mar
y estrellas y tempestades.
Allá sobre las tinieblas oscila y planea,
allá en la penumbra se interna y aletea,
allá en el viento y en la lluvia y en lo inmenso,
allá en el pozo de un gran mundo negro,
donde batallan las nieblas por el cielo, empujadas por el mar,
el amor de la bruma y el embeleso del vuelo,
la gloria del azar y los avatares de la muerte
sobre sus alas ansiosas, palpitantes.
Allá en lo profundo del gran mundo oscuro,
más allá de las fronteras dilatadas donde espuma y pecios
de las olas numerosas se pierden para siempre
con las mareas que se precipitan y retroceden y se hunden.
Versión de Miguel Martínez-Lage
De:
"Otros días"
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