miércoles, 18 de noviembre de 2020

RÉMY DE GOURMONT

 

  

 

Margarita

 

 


Antes carne amorosa, antes dulce comarca
de placer; 
y luego polvo bajo las sandalias
de San Francisco;
Margarita salvada de la carne
por el espanto de una carne adorada; 
Margarita, con su nombre de cuatro pétalos 
al pie de una santa higuera 
y por tres años suspirante 
en el limbo de la tristeza 
y por tres años golpeando 
en la puerta de la Santidad; 
Margarita en una mortaja de oración y silencio;
Margarita cuya confesión
espantó la penumbra de las catedrales.
Oh Margarita, loca de Dios, pecadora arrepentida,
con el rostro pegado al suelo de la penitencia:
Santa Margarita, dobla hacia la tierra
nuestro orgullo.

 

 

Versión de Eduardo Carranza

 

 

 

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