Poca estima siento por las riquezas…
Poca
estima siento por las riquezas,
y del Amor me río con desdén.
El deseo de fama solo fue un sueño
que se desvaneció con el alba.
Y,
si rezo, la única oración
que mueve mis labios es:
“¡Abandona este corazón que poseo
y dame libertad!”
Mis
días se acercan veloces al final,
y eso es todo lo que imploro.
En la vida y en la muerte, un alma sin cadenas,
con valor para resistir.
1841
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