Silencio
Ni escribir sobre los pájaros
ni
fotografiarlos.
Sólo asistir a su vuelo.
Abandonar la intención
de eternizarlos en la palabra y la imagen.
Perpetuarse en la fugacidad
de su travesía por la mirada.
Callar, con las manos y con los ojos.
Callar, no para fingir el silencio
que dejan a su paso
sino para serlo.
De: “Pájaro de piedra”
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