Evocaciones
Si,
¡te has ido! Y nunca más
Tus sonrisas resplandecientes me llenara de gozo;
Pero puedo pasar la vieja puerta de la iglesia,
Y caminar el piso que te cubre,
Puedo
soportar el frío, la lápida húmeda,
Y pensar que, sobrecogido, en la tierra yace
El corazón más tranquilo que he conocido,
El más amable que nunca más conoceré.
Sin
embargo, aunque no pueda verte más,
Es un consuelo aún haberte visto;
Y aunque tu vida efímera se acabo,
Es agradable pensar lo que has sido;
Pensar
en un alma divina tan cercana,
Dentro de una especie de ángel tan bello,
Unido a un corazón como el tuyo,
Alegraste una vez nuestro ámbito humilde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario