Nacimientos
III
Soy
el hambre
y en el hambre persevero.
¿Para qué me habéis traído aquí,
a este revoltijo abigarrado?
¿Tan solo para abrazarme?
¿Para qué otro cuerpo de leche
perpetuando la inercia?
¿Tan solo para abrazarme?
La ternura ha desprendido un halo
de hielo y saliva incombustible.
De: “Suave la matriz”
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