Si
pones un corazón al descuido,
si lo abandonas,
en una caja de cartón,
lisa, sin estampados,
en mitad de la carretera,
puedes correr
con la suerte infinita
de que un camión de frutas
que va a esa otra ciudad,
le pase por encima
y lo extienda
uniformemente
sobre el asfalto.
De: “Música de rockola”
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