Ceremonia
Quizá
lo describiste como un hombre volcánico
–si
es que Franco
consentía
entonces que la lava incensara
a
mujeres y hombres–
de
angulosas fracciones y un porte taimado.
Semblante
amasado en barrizales
y severas
barriadas,
su
mirar nunca repudió
las
valiosas teas de la clandestinidad.
Para
ti,
aquella
anatomía desgrasada de toda futilidad
era
la antítesis del terror.
Te
reiteras en esta ensoñación
y
descifras con desagrado
el
volumen de mis rodillas.
Y es
hoy, mirándome al espejo,
cuando
inicio la incesante
y
siempre ebria ceremonia
en
la que arderán así
las
pieles de mi padre.
De: “Atlas
en rojo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario