miércoles, 16 de abril de 2025

OLGA AZABAL D

 

 


 

Los árboles se ajaron
por el peso de la tormenta.
Sentadas observamos
el desfile del frío
y no quedó nadie
que resistiera al invierno.
Abierto el libro de la vida
entonamos un salmo.
Las manos cesaron
de agarrar la existencia.
Sabíamos ya,
Madre,
que también la nieve
quema.

 

 

De: “Un silencio blanco”

 

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