Hay
un punto en la noche en el que corro.
Hay un punto en la noche en el que corro,
Madre.
La madrugada es un estallido
un rugido de hielo.
Caes,
te subo a mi espalda
y no paramos nunca
y no llegamos nunca
sólo trazamos surcos
en sorda huida.
De: “Un
silencio blanco”
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