Y
arreglándose todo ella lloraba, desesperadita
en su celda, bioquímica su reacción. Estoy
un poquito atontada, respondió al dueño de
casa –pero ¿qué haces con la pistola?
La empujo a su agujero.
Y salió un disparo que transversalmente cogió la
red retínica, luego se dejó caer con suavidad sobre el
diván, pero acababa en el suelo sobre los ladrillos
cuadrados rojos
y grises.
De:
“Sin paraíso fuimos”
Versión
Carlos Vitale
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