Mamá
Desde hace una semana, en mi mamá
sólo pienso, abstraído; en mi mamá.
Con la chirriante cesta a la cintura,
iba siempre al desván en su premura.
Yo era un hombre sincero todavía:
chillaba, pataleaba. Le decía:
deja para otro ese pesado y gran
bulto, mi madre, y llévame al desván.
Sola se iba a tender, calladamente,
sin regañarme, sin mirarme, ausente.
Y las ropas crujían, luminosas,
revoloteando en lo alto, jubilosas.
Aunque para llorar es tarde ya,
sé cuan inmensa eres, mi mamá.
Flota en lo alto su agrisado pelo
y echa su añil en el agua del cielo.
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