Llaves
(de la memoria)
Que
no se cansen los árboles
de darme su sombra
de darte
su sombra
-su viento.
Que
no canse su mecer
de cuerpos
que leen
¿qué leen?
para que –otra vez-
mis ojos tus ojos
repasen el cielo
lean
azul
azul celeste
azul eléctrico
tremendamente gris
también mi voz te diga
te
vuelva a decir
te envuelva su moverse
Que
la palabra se asome
asombre
cada vez
que todo eso
que tanto
porque sí
nos habla.
De:
“El Libro (no) de los Salmos”
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