Yo
me encontré el olivo y el acanto...
A
Nikos Kazanzaki
Yo
me encontré el olivo y el acanto
que sin saber plantaste, hallé dormidas
las piedras de tu frente desprendidas,
y el de tu búho fiel, solemne canto.
que sin saber plantaste, hallé dormidas
las piedras de tu frente desprendidas,
y el de tu búho fiel, solemne canto.
El
rebaño inmortal, paciendo al canto
de tus albas y siestas transcurridas,
las cuadrigas frenéticas, partidas
de tus horas amargas con quebranto.
de tus albas y siestas transcurridas,
las cuadrigas frenéticas, partidas
de tus horas amargas con quebranto.
La
roja musa airada y violenta,
la serena deidad épica y pura
que donde tú soñabas hoy se asienta.
la serena deidad épica y pura
que donde tú soñabas hoy se asienta.
De
estas piezas compongo tu escultura.
Nuestra amistad mis mismos años cuenta:
de ti hablaban mi cielo y mi llanura.
Nuestra amistad mis mismos años cuenta:
de ti hablaban mi cielo y mi llanura.
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