domingo, 22 de julio de 2012

JOSÉ CARLOS CATAÑO






Siempre serás para un amor lejano y escondido



A lo mejor uno se enamora para la despedida, para
cuando llega la estación seca y los hombres se besan a
la luz de Venus.

A lo mejor, para que aquella frase (tu cuerpo húmedo
contra el cual aprieto el mío recobra los días que se
fueron) subraye que estás solo.

Pero cuando surja de nuevo? la veranda llena de
alegría, los cuerpos abrazados girando en la
penumbra?, volverás a decir:

Luz del instante, tus ojos. En ellos me veo por
primera vez.

No vengas con más mentiras, malasangre.

De "El cónsul del mar del Norte"

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