martes, 10 de diciembre de 2013

GONZALO MÁRQUEZ





El nombre del grito




Crees tanto en la sed: en la vida... En lo invisible. Duermes
de cara al oriente. Te purificas en el peligro. En los libros
delatas al tiempo como a un pájaro disecado.

En el bosque una encina te sigue. La luz te nombra. Cuando
eliges el rumbo del dolor alguien te da un sorbo de agua.
Deseas: esperas siempre equivocarte. Asumes la tiranía del ojo
llamada viaje y a veces con un rostro logras curar tu frío.

Sabes de un paraíso que nunca será memoria.
Asistes a la mascarada de la sobre vivencia aunque un ecuador
lejano y voraz atraiga tu vuelo. Así logras persistir.
Tus palabras caen como puñados de tierra sobre un cuerpo
desnudo.

Aquí comienza el instante. ¿Quién clama? ¿Quién responde entre
la sangre? ¿Quién descubre su sombra incandescente?
¡Que el grito siempre pueda detener la herida..!
¡Que el lenguaje alcance para no morir.



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