Despierta
Asunción
El
Sol es quien temprano ya calienta
tus
calles pequeñas, pero grandes de historia.
Son
tus sombras nocturnas, fieles
a
la Luna, que iluminan mi peregrinar.
Oh,
bella Asunción, ¿quién te ha herido?
¿Será
acaso el frío invierno que deshecha tus
aromas
tranquilos?
¿Será
tal vez el tiempo, a veces inexistente
que
juega con el delirio, las épocas templadas,
el
futuro acelerado?
Te
has quedado dormida, yo, que soy tu hijo
te
lo digo: las bestias han quitado tu color, esas mágicas melodías
de
los sábados.
(Como
una noche sin luces, como
un
banco sin enamorados).
Tu
esencia, oh ahora triste Asunción,
sigue
viva, me lo ha dicho el tiempo,
que
siempre fue tu fiel compañero,
me
lo han dicho los lapachos,
que
en un otoño cualquiera,
en
tus pies han nacido, feliz quedaron
al
poder sentirte y que seas parte de ellos.
¿Tendría
sentido un atardecer sin ti,
sin
tu piel acogedora, que estés cerca y yo lejos?
El
río me ha confesado, no quiere perderte,
los
pequeños cerros, no desean arrancarse.
Y,
yo, oh eterna Asunción, que me haces
feliz,
no puedo quitarte ya de los latidos de mi pensamiento.
Despiértate,
iremos juntos a un nuevo suelo.
Hoy
es nuestro día.
Oh,
sabia Asunción mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario