miércoles, 21 de mayo de 2014

ÁLVARO URTECHO



 

Lázaro

 
 

El seco estrépito
de un repentino alzarse de palomas
estremeció mis pasos. 

Fue como si algo
se me escapará de la carne,
sorprendida su raíz. 

Como si al muerto que guardo
le levantaran la losa y por el mundo
caminara ya sin nada entre las manos. 

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