ERA
TODO TAN LEVE COMO EL PUNTO
más
liviano del sol cuando amanece.
Era
todo tan suave como el higo
picoteado
de pájaros con sueño.
Era
luz que se quiebra en tu sonrisa
suspendiendo
sus frutos en la sombra.
Era
todo tan tenue que cabía
en un
adiós o en una bienvenida.
Era
todo tan tuyo y tan ajeno
que
se fue dispersando con la vida.
De: Todo se deja así
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