Deseo
de raíces
Dichoso el árbol que es apenas sensitivo
Rubén Darío
Esta mañana algo se detuvo
y muy a pesar mío
espero en un sillón,
deseoso de raíces.
Quiero sentirme árbol
no para dormir
ni para morir menos
-bastaría con echar a la basura
mi endeble filosofía de la vida-;
simplemente
me duele la cabeza.
A los árboles nunca
les duele la cabeza,
nada saben
de mis antesalas
en sillones cafés imitación cuero
mientras contemplo la miseria azul
de mis zapatos tenis.
Algún día
-sin embargo-
consumiré el pasillo.
Más vale no correr sobre su banda
sin fin. (Por un tropiezo,
el que tenía bajarse de la cama
saltó del piso diecinueve.)
Dejará de dolerme la cabeza
y volveré a sentir calor o frío
pero emociones no.
Terminará esta envidia de raíces
donde el árbol espera para darse
y yo para pedir
Esta mañana algo se detuvo
y muy a pesar mío
espero en un sillón,
deseoso de raíces.
Quiero sentirme árbol
no para dormir
ni para morir menos
-bastaría con echar a la basura
mi endeble filosofía de la vida-;
simplemente
me duele la cabeza.
A los árboles nunca
les duele la cabeza,
nada saben
de mis antesalas
en sillones cafés imitación cuero
mientras contemplo la miseria azul
de mis zapatos tenis.
Algún día
-sin embargo-
consumiré el pasillo.
Más vale no correr sobre su banda
sin fin. (Por un tropiezo,
el que tenía bajarse de la cama
saltó del piso diecinueve.)
Dejará de dolerme la cabeza
y volveré a sentir calor o frío
pero emociones no.
Terminará esta envidia de raíces
donde el árbol espera para darse
y yo para pedir
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