Lanzarote
Sobra
decirlo todo, pesa
como
lluvia la música
y el
incendio se aleja exasperado
por las
voces que hurtó
de la
memoria. Este, mi aprendizaje
a
golpes de molino, a trechos
de
espada sin saber
si
valía la pena tanto gozo
El
cuerpo insiste en su caída,
busca
en el vértigo su bandera
y en la
desolación
los
cantares de siesta
de tu
nombre. Tal un amargo vino
que
pulsara la boca derramada, las venas
tristes
por un mar del Norte
De: “Palabras para sobrevivir en el desierto”
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